La química sanguínea es la composición química de la sangre. Los niveles de varias sustancias en la sangre pueden proporcionar pistas sobre la condición de un paciente, que van desde la presencia de un trastorno hepático hasta un embarazo. Los análisis de sangre de rutina para verificar la química sanguínea a menudo son parte de un trabajo de diagnóstico, y la sangre se analiza para verificar elementos específicos que podrían contribuir con pistas al diagnóstico. Los médicos confían en la información sobre los rangos normales de cosas como proteínas y lípidos para leer el análisis de sangre.
Se puede examinar una amplia variedad de cosas en una prueba de química sanguínea. La composición básica de la sangre en forma de cantidad de glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas suele ser una parte rutinaria de la prueba. En la lectura del hematocrito, el técnico que realiza el análisis observa el porcentaje de glóbulos rojos en la sangre. Los técnicos también observan la cantidad de hemoglobina, el volumen corpuscular medio, es decir, el tamaño de los glóbulos rojos, y la hemoglobina corpuscular media, el peso promedio de la hemoglobina en un glóbulo rojo.
Los análisis de sangre también pueden buscar enzimas específicas, como una familia de enzimas que indican el nivel de función hepática. Los niveles de fosfatasa alcalina, transaminasa glutámico-pirúvica sérica (sGPT) y transaminasa glutámico-oxalacética sérica (sGOT) pueden revelar información sobre qué tan bien está funcionando el hígado. La presencia de electrolitos como sodio, potasio, cloruro y calcio también se puede medir en un análisis de sangre, junto con los niveles de proteínas y lípidos en la sangre.
Las pruebas específicas pueden buscar elementos de nitrógeno, incluidos el nitrógeno ureico en sangre (BUN), el ácido úrico y la creatinina, junto con las hormonas tiroideas que se pueden usar para evaluar el nivel de la función tiroidea. En una prueba de glucosa en ayunas, el paciente ayuna durante un período de tiempo determinado antes de que se le haga la prueba de glucosa para detectar signos de diabetes. El análisis de cualquier prueba de química sanguínea también suele incluir una discusión de las proporciones de las diversas sustancias en la sangre, junto con información sobre los rangos de proporciones normales que se pueden usar para evaluar los resultados.
La sangre de todos es ligeramente diferente y, a veces, las personas tienen lecturas que están fuera del rango normal sin ser motivo de preocupación. Los médicos tienen que evaluar estos casos de forma individual para determinar cómo se debe abordar el resultado. La química sanguínea suele ser uno de los pasos clave en un diagnóstico diferencial, en el que un médico o equipo médico explora todas las posibles causas de la afección de un paciente y utiliza pruebas médicas para descartar las causas a fin de llegar a un diagnóstico.
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