Es necesario explicar los daños no consentidos de la radiación médica Las radiografías o tomografías computarizadas (TC) se realizan con frecuencia en el hospital con fines de examen o tratamiento de salud. La radiación médica consiste en aplicar radiación como rayos X, rayos gamma o rayos beta, inyectar isótopos radiactivos en el cuerpo o administrarlos por vía oral para realizar estudios de imágenes o tratar enfermedades como el cáncer.
Cuando el cuerpo humano se expone a la radiación, las células pueden morir, volverse malignas o incluso mutar. Si las células mueren, puede ser dañino para los tejidos u órganos. Si el ADN dentro de una célula está dañado, la célula puede convertirse en cáncer. Si se produce daño en el ADN de un espermatozoide o de un óvulo, puede provocar problemas genéticos, como anomalías congénitas en la descendencia.
Los analgésicos de venta libre o los medicamentos para la tos brindan una descripción detallada de sus efectos secundarios. En comparación, en Corea, cuando te sometes a una radiografía o a una tomografía computarizada, no te dan una explicación de los daños de la exposición a la radiación ni a la cantidad de radiación a la que estarías expuesto.
Las habitaciones del hospital donde se realizan exámenes radiológicos como radiografías, tomografías computarizadas o angiogramas muestran un letrero que dice Zona de radiación o Precaución: Radiación de rayos X Sin embargo, no se ofrece ninguna explicación sobre la dosis a la que estaría expuesto cada paciente o los efectos de la radiación sobre la salud. Además, cuando se somete a un examen radiológico varias veces, no puede saber a cuánta radiación estuvo expuesto durante un cierto período de tiempo (dosis acumulada). Nadie te informa, ni tienes forma de averiguarlo por tu cuenta.
Según un caso evaluado, cuando un médico realiza una práctica médica en un paciente, el médico es responsable de brindar una explicación del método de tratamiento, su necesidad y los riesgos esperados, para que el paciente pueda sopesar los los beneficios y riesgos antes de decidir si recibir el tratamiento. Este principio también se aplica al caso de los estudios de radiación.